A presentation at Il Canto Mortale: Il Mito delle Sirene nell’Immaginario Greco in in United States by anturov
Quetzalcóatl, la “serpiente emplumada”, fue uno de los dioses más influyentes de la Mesoamérica precolombina. Adorado por toltecas y mexicas, representaba la sabiduría, la creación y el ciclo de la vida, pero también el sacrificio y el exilio. Para sus devotos, rendirle culto era como entrar en un casino cósmico https://strenduscasino-mx.com/, donde los slots del destino giraban entre la prosperidad, la tragedia y la esperanza.
Las leyendas cuentan que Quetzalcóatl creó a los hombres mezclando su propia sangre con huesos de generaciones pasadas, robados del inframundo. Fue también quien otorgó el maíz, alimento sagrado, y enseñó artes, escritura y calendario. Sin embargo, en algunas versiones fue engañado por su rival Tezcatlipoca, cayó en desgracia y partió hacia el oriente, prometiendo volver. Esta profecía influyó en la llegada de Hernán Cortés en 1519, cuando algunos mexicas lo identificaron con el dios esperado.
Los arqueólogos han hallado en Teotihuacán el Templo de la Serpiente Emplumada, testimonio monumental de su culto. El historiador Alfredo López Austin subraya que Quetzalcóatl simbolizaba la dualidad: era creador y humano, exiliado y divino.
En redes sociales, su figura sigue inspirando. En Reddit, un hilo con 20.000 votos lo definió como “el Prometeo americano”. En TikTok, animaciones de la serpiente emplumada alcanzan millones de visualizaciones. En Twitter, su nombre aparece en debates sobre identidad cultural y orgullo indígena.
Quetzalcóatl perdura porque encarna la tensión entre caída y renacimiento, un mito que refleja tanto la fragilidad humana como la posibilidad de redención.